¿De qué hablamos cuando hablamos de violencia obstétrica?

Victoria Peralta, Alames

Victoria Peralta es una activista por los derechos de las mujeres al acceso a la salud. Es  miembro de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social – Capítulo Paraguay (ALAMES) y el Movimiento por el Derecho a la Salud María Rivarola. Ambas organizaciones, junto con el Centro de Documentación y Estudios (CDE) El parto es mío -ParaguayPachamama maternidad y crianza, Mujeres Libres de Violencia realizaron un acto el 25 de noviembre para colocar la violencia obstétrica como una de las formas de violencia más terribles que sufren las mujeres en Paraguay.

Aunque no existen datos oficiales con cifras de los casos de violencia obstétrica, se sabe de su existencia a través de los relatos de muchas mujeres que la han sufrido en el hospital durante su evento obstétrico.

Victoria Peralta explica que la violencia obstétrica es todo tipo de acción que supone la fuerza, la coerción y el maltrato hacia la persona que está en su  evento obstétrico, que abarca del trabajo de parto, el momento del parto y el posparto.

-¿Qué acciones se pueden considerar violencia obstétrica en el hospital o centro de salud?

  • Maltrato físico o verbal.
  • Realizar procedimientos que involucran a la mujer sin darle explicación o sin pedirle su consentimiento, o realizarlos aunque la mujer haya expresado su desacuerdo (como obligarle a mantener una determinada posición para parto o a la depilación).
  • Ocultar a la mujer explicación sobre el estado de su hijo, o que les nieguen el alojamiento conjunto inmediato sin explicación.
  • Dejar sola, no escuchar y no prestar atención a la mujer.

-¿Dónde recurrir ante una situación de violencia obstétrica?

Por el momento, una instancia establecida por el Ministerio de Salud para los reclamos de la ciudadanía es el Servicio de Atención al Usuario (SAU). Por otra parte, Victoria Peralta afirma que próximamente será habilitado por varias organizaciones un Observatorio de Violencia Obstétrica, para que las personas puedan compartir su experiencia, de manera a tener más información sobre este tipo de violencia que, según Peralta, está naturalizado y casi invisibilizado.

“No existen datos oficiales sobre violencia, por eso creemos que tenemos que hacer un relevamiento de datos, un observatorio que nos permita tener datos estadísticos. Sabemos que existe esto por los múltiples relatos de mujeres sobre los casos de violencia que han sufrido en el hospital durante su evento obstétrico”, dice Victoria Peralta sobre la iniciativa.

Victoria Peralta es Obstetra, con más de 25 años de trabajo en la profesión y con amplia experiencia de trabajo comunitario, en asentamientos campesinos y de la periferia urbana. Ella nos cuenta cómo conoció la situación de muchas mujeres: “En el Bañado Sur fue donde pude recoger los casos de violencia que sufrían las mujeres que iban a las consultas prenatales, porque ellas iban al hospital para el parto y después me referían las formas de maltrato que sufrían”.

“Me di cuenta de que las mujeres pobres estaban en una situación de subordinación y que no tenían posibilidad de denunciar los maltratos, y fue por eso que me interesó el tema”, añade Peralta.

Refiere que desde el Movimiento por el Derecho a la Salud, una de las organizaciones que integra, trabajan en la concienciación sobre distintos tipos de violencia desde hace 5 años aproximadamente, pero que hace un par de años- desde el 2015- incluyeron la violencia obstétrica como un tema a visibilizar: “Se debe incorporar el trabajo de concienciación entre la población, entre las mujeres y entre los trabajadores y trabajadoras de la salud”.

Cuenta Peralta que, en muchas ocasiones, el personal de la salud culpabiliza a las mujeres que mueren a raíz de complicaciones en el parto por haber asistido tarde al tratamiento prenatal, pero que en realidad “hay mujeres que esperan mucho tiempo para ir al hospital por miedo a ser maltratadas, o también se presentan otras situaciones como la accesibilidad, las largas distancias que tienen que recorrer para llegar a un puesto de salud, la falta de caminos y transporte, etc”.

Sin embargo, su profesión y la cercanía con las mujeres le regalan los mejores momentos: “Lo más lindo es cuando me encuentro con las mamás y con sus hijos, y ellas me dicen ‘acá está tu otro hijo, acá está tu nieto’, y poder verles crecer, ver que son personitas hermosas y llenas de vida”.

 

Derechos sexuales y reproductivos

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la salud sexual y reproductiva como la “…experiencia del proceso permanente de obtención de bienestar físico, social y mental relacionado con la sexualidad…”

Los derechos sexuales son todas las garantías que tienen las personas para el ejercicio pleno de su sexualidad, de manera segura, con libertad de elección y posibilidad de decisión sobre el propio cuerpo. Incluye tener acceso a los métodos anticonceptivos de manera informada y que las decisiones personales sobre la propia sexualidad sean respetadas.

El Proyecto de ley sobre salud sexual, reproductiva y materno perinatal, presentado en 2009 y reactivado en 2013, no prosperó y se encuentra estancado en el Parlamento. Sobre esto menciona Peralta que una coalición de organizaciones está revisando el proyecto: “Creemos que es necesario volver a discutir, revisar puntillosamente esa ley de manera que no le estén poniendo lo que no promueve. Ese proyecto promueve el acceso a la atención de la salud sexual y reproductiva y la protección en el periodo materno y perinatal, incluye todo lo que tiene que ver con el goce pleno de la sexualidad pero también la protección de la madre y el niño en su periodo prenatal y posnatal inmediato”.

Aclara que esa ley no promueve el aborto ni el matrimonio entre personas del mismo sexo, argumentos que utilizan los detractores del proyecto y no son ciertos.

Es deber del Estado proteger la salud sexual y reproductiva como un derecho de todas las personas, no solo de las mujeres, enfatizó Peralta.

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